Antes de empezar Stockabee, pasé 4 años en Linio, un proyecto de e-commerce en Latinoamérica incubado por Rocket Internet, una de las mayores empresas de tecnología de Europa.
Era Director de Operaciones para México, el mercado más grande de Linio donde teníamos cerca de 10.000 m² de almacén y más de 2 millones de productos enviados por año. Mi responsabilidad era asegurar la experiencia de nuestros clientes desde el momento en que escogían un producto y lo metían en su carrito, hasta el momento en que recibieran el producto. Esto incluía las áreas de pagos en línea, almacenaje y abastecimiento de mercancía, envíos, servicio al cliente y logística inversa.
A falta de encontrar un operador logístico que nos brindara el servicio y la flexibilidad que requiere un negocio de alto crecimiento, tomamos la decisión de hacer nuestra propia logística. Por esta razón el contrato de almacenaje, el personal, el empaque y toda la inversión en mobiliario y material de almacén eran nuestros. Teníamos el control total de la experiencia del cliente, pero esta estrategia agregaba rigidez a nuestros gastos, que es lo último que quieres tener como director de operaciones en una industria de fuertes picos estacionales como es el consumo.
Cubrir nuestros picos de almacenaje le agregó rigidez a la estructura de costes de la empresa
Nuestro almacén estaba diseñado para soportar el pico de ventas más fuerte del año: en los meses de noviembre y diciembre llegábamos a multiplicar por 5 nuestra actividad y facturábamos casi la mitad de las ventas anuales en un periodo de 6 semanas. Sin embargo, teníamos un contrato de alquiler a largo plazo y los 10 meses restantes del año teníamos el espacio y recursos de almacén inutilizados y, por ende, unos costes por unidad altamente ineficientes. Nuestra prioridad era garantizar la experiencia de nuestros clientes durante los picos así que no considerábamos movernos a un almacén más pequeño. Necesitábamos por lo tanto alquilar el espacio sobrante durante nuestro periodo de baja actividad y así recibir una renta que absorbiera nuestros costes fijos.
Por más evidente que parezca la solución en la teoría, en la práctica su implementación fue mucho más compleja y engorrosa de lo esperado. En nuestro almacén seguíamos diferentes protocolos de seguridad para garantizar la seguridad de nuestros empleados y de nuestra mercancía así que por ello, antes de alquilar nuestro espacio sobrante, teníamos que responder a diferentes preguntas:
- ¿Cómo garantizamos que la empresa que alquile el espacio sea fiable?
- ¿Dónde encontramos empresas que estén buscando espacio de almacenaje temporal?
- ¿Cómo le damos seguridad a otra empresa que deje su mercancía en nuestro almacén?
- ¿Cómo podemos asegurar que no dejen mercancía peligrosa o ilegal?
- ¿Cómo hago para evitar que interrumpa nuestra operación del día a día?
- ¿Qué pasa si la mercancía sufre algún daño o merma?
Hay una desconexión entre la necesidad de flexibilidad de las empresas y la rigidez del proceso de alquiler de espacio
Finalmente, después de varios meses de negociaciones e innumerables horas dedicadas a buscar soluciones para estas y muchas más preguntas, firmamos un contrato de alquiler del espacio sobrante con una empresa fiable. Durante el primer año de contrato, habíamos generado una renta suficiente para compensar el tiempo perdido, pero empecé a pensar que tenía que haber una manera más sencilla y rápida de realizar este proceso.
No vi la necesidad que había de simplificar todo el proceso de oferta de servicios logísticos, hasta que estuve al otro lado de la mesa. En mi última temporada alta en Linio, tuvimos un incremento de inventario de productos de grandes dimensiones y necesitábamos espacio adicional de almacenaje. Además, en las mismas fechas queríamos hacer una campaña de entrega de productos en menos de 2 horas desde la compra, y esto requería buscar espacios de almacenaje dentro de las ciudades para agilizar la entrega de productos. Encontrar espacio de manera provisional sin comprometer nuestros costes con contratos a largo plazo resultó ser igual de difícil que el proceso de alquiler temporal de nuestro espacio sobrante.
Alquilar un almacén es un compromiso a largo plazo que funciona muy bien cuando se tiene un pronóstico fiable de inventario, poca estacionalidad y el dinero para invertir en adecuarlo y formar al personal. La realidad es que muchas empresas no cuentan con estas condiciones y, al alquilar un almacén, generan ineficiencias de recursos operativos e incremento de costes unitarios. El proceso de corregir estas ineficiencias es tan engorroso que la mayoría de las empresas prefieren asumirlas como si fueran costes operativos recurrentes y seguir con el status- quo.
Nuestra solución: Stockabee
Volviendo a España, junto con mi Socio con quien trabajaba en Linio, y decidimos crear Stockabee para simplificar la oferta de servicios logísticos on-demand, aportando flexibilidad total y tecnología avanzada a la cadena de suministro. Nuestra propuesta de valor se basa en eliminar las ineficiencias y rigidez de la logística, para que las empresas se enfoquen en vender, sin preocuparte por el resto.
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